jueves, 4 de mayo de 2017

Comentario EBAU Javier Cercas

Javier Cercas   El País, 1/12/16

Eduardo Mendoza es todavía mejor escritor de lo que parece. La razón es simple: en vez de hacer lo posible por exhibir todo lo que sabe, como suelen hacer los que no saben nada, Mendoza hace todo lo posible por esconderlo. El resultado son unos libros pudorosamente ricos, profundos y perspicaces, siempre transparentes, de apariencia a menudo ligera y hasta superficial, que han conseguido seducir a montones de lectores comunes y corrientes con su encanto, su humor gamberro y su generosa y valiente falta de pretensiones; es decir: el resultado es un escritor genuinamente popular, cervantino (Cervantes fue ante todo un escritor popular, o al menos lo fue en el Quijote), que recrea y parodia los géneros populares como sabía hacerlo Cervantes y que, por decirlo de una sola vez, suscita en el lector el mismo buen rollo; escribe Ortega: “No es que Cervantes haya vivido mucho, sino que ha sufrido y no le guarda rencor a nadie". Ahí radica la grandeza de Cervantes, y la de Mendoza.

Si no me engaño, todo lo anterior está bastante mal visto por el establishment literario español, lo que quizá sea la causa de que tantos escritores tan cervantinos se queden sin el Premio Cervantes. Tiene gracia: Cervantes inventó la ironía, pero la literatura española sigue confundiendo con frecuencia la ironía —no digamos el humor— con la frivolidad. Me temo que es lo que ocurre a menudo con Mendoza. Dicho esto, la importancia histórica de su obra está fuera de toda duda. En 1975, cuando publicó La verdad sobre el caso Savolta, Mendoza cambió el rumbo de la novela española, introduciendo un tono y una serie de elementos que marcaron la narrativa del posfranquismo.

Es posible que la literatura esté explorando ahora mismo territorios distintos. Pero es seguro que sin los libros de Mendoza, muchos de los cuales siguen ahora mismo tan frescos como cuando se publicaron, esos nuevos territorios seguirían vírgenes. Añadiré que, para algunos de los que hemos venido después, Mendoza ha sido desde hace muchos años un ejemplo: un ejemplo de caballerosidad y de generosidad, de inteligencia y de decencia, de seriedad sin afectación y de auténtico cosmopolitismo; en resumen: un ejemplo de escritor civilizado. Mendoza, en este sentido, es el escritor que hubiéramos querido ser si no hubiéramos tenido que resignarnos a ser el escritor que somos. Todo lo cual explica que estemos hoy tan contentos. Cervantes, no me cabe la menor duda, también lo estaría.


1)      Resumen y Tipología del texto

Javier Cercas nos hace llegar su opinión sobre el escritor Eduardo Mendoza, dice que es un escritor que hay que descubrirle en sus verdaderas dimensiones, ya que él esconde sus buenas cualidades. Es perspicaz y profundo bajo una apariencia sencilla, que podría tomarse como superficial.
E. Mendoza es leído por lectores populares, como se lee a Cervantes, al que se le parece en su humor gamberro y en su buen rollo. A pesar de sufrir como hombres en su vida propia, saben mantener el humor. Pero el “canon” literario español (La oficialidad literaria española), parece que no ve bien esto, pues se confunde el humor y la ironía, con la ligereza y la frivolidad.

En la encrucijada de 1975 publicó una primera obra “La verdad sobre el caso Savolta” que marcó la narrativa española   y sigue haciéndolo hoy día. Finalmente lo pone como modelo al que aspiraría cualquier novelista.

En cuanto a su TIPOLOGÍA es un texto formalmente escrito en su primera parte (primer párrafo) en tercera persona, iniciando con una afirmación rotunda “Eduardo Mendoza es todavía mejor escritor de lo que parece” que se convierte en tesis a demostrar y que, efectivamente, J. Cercas irá argumentando.
Y lo hace a través de repeticiones, con conectores que van cohesionando el texto, “el resultado son…” (lin.3), “es decir: el resultado es…” (lin.5), “Ahí radica…” aludiendo con el adverbio a lo dicho anteriormente, con lo que concluye el primer párrafo.

A partir del segundo las opiniones se expresan en primera persona, con lo que reafirma la idea de texto argumentativo: si no me engaño/ me temo que/ añadiré que. Al final del texto, trata de recoger y reafirmarse en su tesis al decir en resumen (conector conclusivo):, el último conector “todo lo cual” hace alusión a lo expresado con anterioridad.

El lenguaje tiene un registro formal, especialmente cuidado cuando enumera los adjetivos o las cualidades de Mendoza, ricos, profundos, perspicaces / caballerosidad, generosidad, inteligencia…No obstante el léxico hace alguna concesión al coloquialismo “su humor gamberro”, “el mismo buen rollo”, pero habla para entendidos con su anglicismo “establishment”.

A pesar de que predomina la función representativa pues las opiniones se dan como mera información, vemos que al acercarse al final del texto cobra peso una función expresiva, al mostrar J. Cercas su deseo de ser un escritor como Mendoza y mostrar su contento por la concesión del Cervantes a dicho autor.

2)      ¿Cree que las personas con Humor, que ponen ironía a los hechos de la vida, son vistas como frívolas?

Frivolidad significa tomar los asuntos que nos atañen con ligereza, es decir, de manera no comprometida, en ese sentido hay personas que al expresar con humor su postura ante ciertos hechos o al reaccionar de manera festiva, pueden parecer irresponsables.
La verdad es que grandes personalidades en la historia nos han enseñado que adoptar un punto de vista irónico, es adoptar un punto de descreimiento, de escepticismo, y de crítica ante unos hechos, para que los demás también se cuestionen sus posturas, es por tanto una salida inteligente, no banal o ligera.
Lo que sucede es que siempre nos parece que las personas que hablan con seriedad son más transcendentes y profundas, pero en el humor siempre hay una vuelta de tuerca y por tanto un cuestionamiento de las situaciones.
Bien es cierto, que la ironía puede herir alguna sensibilidad en temas que a alguna persona le toquen de cerca. Pero el humor de un autor, como es el caso de E. Mendoza, no aparece de manera casual, en alguna página o en alguna parte de un libro, se va construyendo a lo largo de su obra completa, así sus obras “El Misterio de la cripta embrujada”, “El tocador de señoras”, “Sin noticias de Gurb”, etc, desarrollan su humor a través de la postura que adopta el investigador que ha salido del manicomio o a través del marciano que llega con Gurb.
Aunque Cercas piensa que quizá algún autor popular se ha quedado sin Premio Cervantes, finalmente E. Mendoza es quien lo ha recibido orgulloso este año.

3)      Defina, escriba también una oración con ellas: Cosmopolitismo / resignarnos

Cosmopolitismo: sustantivo, masculino, singular; Es una palabra compuesta de dos lexemas “cosmo” universo y “polis” ciudad; cualidad que posee o se atribuye a quien es cosmopolita, es decir quien ha viajado mucho, ha conocido diversos países y culturas y se considera ciudadano del mundo (se le supone una mente abierta).
Ejm: Su cosmopolitismo le facilitaba la comprensión de ciertas costumbres.

Resignarnos: verbo, Infinitivo + pronombre reflexivo. Significa acomodarnos, adaptarnos, conformarnos o asumir algo ante lo que no nos queda otra opción.
Ejm. No fue posible otra salida más que resignarnos ante la muerte temprana de mi hermano.

4)      Analice las oraciones subrayadas en el último párrafo:

Es posible que la literatura esté explorando ahora mismo territorios distintos. Pero es seguro que sin los libros de Mendoza

Se trata de dos oraciones compuestas que están unidas entre sí por el nexo coordinante adversativo, pero (conjunción).
Las dos oraciones tienen la misma estructura, ambas son oraciones atributivas que llevan como sujeto una oración subordinada sustantiva haciendo esa función.

Oración 1.- Oración atributiva o copulativa, cuyo sujeto es la Prop. Subordinada sustantiva y cuyo SV está compuesto por el Nuc. es y el S. Adj. Posible, que hace de atributo. Es una oración enunciativa, afirmativa.

La Prop. Subordinada que hace de sujeto de esta principal, está compuesta, por un S.N S. La Literatura, con su determinante articulo y el núcleo sustantivo. Y el SV predicado, cuyo Núc. es una perífrasis de aspecto reiterativo “está explorando”, un SN CD territorios distintos (con su núc sustantivo territorios y su adyacente, adjetivo, distintos) y un SAdv. Ahora mismo, CCTiempo. Es por tanto, predicativa transitiva, enunciativa afirmativa.

Oración 2.- Oración atributiva o copulativa, cuyo sujeto es la proposición subordinada sustantiva y cuyo SV está compuesto por el Núc. Es y el S.Adj seguro que hace de atributo. Es una oración enunciativa, afirmativa.

La Prop. Subordinada que hace de sujeto de la principal también, está compuesta por un S.N S. esos nuevos territorios, con det. demostrativo, esos, núc. sustantivo territorios y adyacente adj nuevos. Y el SV predicado, cuyo núcleo es el verbo seguirían (condicional), el S.adj. Vírgenes, que hace de C. predicativo y el S. preposicional Sin los libros de Mendoza, complemento circunstancial de causa, cuyo nexo/prep es sin, los det.art. y libros el núcleo, acompañados a su vez por el S. preposicional de Mendoza.  Es una proposición predicativa, intransitiva, enunciativa afirmativa.


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