lunes, 10 de abril de 2017

Comentario EBAU Javier Marías

Texto EBAU

Periódicamente, uno llega a la conclusión de que a buena parte de los españoles no les gustan la democracia ni las sociedades libres (o lo que se conoce como tales, inexactamente). Es más, les parecen un estorbo, un engorro, una atadura. Si bien se piensa, no tiene demasiado de extraño, dada nuestra trayectoria histórica y dado de dónde salimos hace unos cuarenta años. España sigue llena de admiradores de Franco, y lo peor es que los hay en casi todos los partidos, sean de derechas, de izquierdas, nacionalistas, o demagógicos y totalitarios (lo que ahora se llama benévolamente “populistas”). Unos dicen odiarlo, a Franco, pero no dejan de imitarlo y por lo tanto de admirarlo. Por no hablar de otras figuras, pasadas y actuales, que también se le parecen. Hoy descuellan Putin, Erdogan, Trump, Orbán, Szydla y Maduro, por ceñirnos a los que tienen el poder en sus manos
He dicho “buena parte de los españoles”. Los líderes son unos pocos, sin embargo. Pero a ellos hay que añadir a muchos de los militantes de los respectivos partidos y a no pocos de sus electores, que con sus votos los aplauden y procuran que manden. El número, así, crece insospechadamente. El PP sabemos hace mucho que es escasamente democrático: lo demuestra con creces cada vez que obtiene mayoría absoluta e impone leyes sin discutirlas con nadie y en contra de los ciudadanos. La ley mordazay la conversión de TVE en una fábrica de propaganda (o, en su defecto, en una grotesca página de sucesos) son sólo un par de pruebas fehacientes. ERC, PDECat y la CUP son formaciones con vocación absolutista, dispuestas a dar golpes de Estado encubiertos y a imponer su voluntad sin mayoría a todos los catalanes: sus triquiñuelas y su uso de TV-3 y demás medios públicos superan la manipulación del PP, si ello es posible. De Bildu y similares no hablemos, nunca han ocultado sus simpatías por los métodos violentos para doblegar a quienes no están de acuerdo con ellos.
Ahora ha salido a la luz algo sabido hace tiempo por cuantos escribimos en prensa: la petición de amparo de la Asociación de la Prensa de Madrid ante los ataques e intimidaciones por parte de Podemos y sus acólitos orquestados. No sé si, como afirma la APM, provienen de sus dirigentes. Lo que es de sobra conocido es que, persona que critica a ese partido, persona objeto de difamación e insultos concertados en las redes sociales. Dejemos de lado a esos líderes, que han alegado no poder controlar a sus militantes más fanáticos. De los partidos también revela mucho su clase de militantes o forofos, porque de ellos saldrán los mandatarios y cargos futuros. Pero es que además Pablo Iglesias pone en cuestión la libertad de prensa “porque a la prensa nadie la ha elegido” (cito de memoria). Veamos. En una sociedad libre y democrática se eligen los gobernantes, nada más, y no se les extiende un cheque en blanco por ello. Sólo en las totalitarias (ya lo expresa la palabra) esos elegidos o golpistas, según el caso, invaden hasta el último rincón y lo regulan todo, sin permitir que nada escape a su vara. Se empieza por decidir quiénes pueden fundar un periódico o tener una emisora, después quiénes pueden escribir o hablar en ellos, más tarde quiénes pueden hacer películas o escribir novelas, y se acaba por señalar quiénes pueden abrir una tienda o un bar o sentarse en los bancos de los parques. Más o menos lo que hemos visto hacer en películas y series a las diferentes mafias, desde los Soprano hasta la Camorra, que, como recordarán sus espectadores, dan o niegan la venia hasta para limpiar la hojarasca de “sus” barrios. Que hay y ha habido Gobiernos que se comportan como mafias, tenemos cuantiosas muestras fuera de las ficciones. Eso sí, encima tratan de legitimarse porque “han sido elegidos” o “aclamados”. Como si eso bastara para actuar a su antojo y controlarlo todo. Los totalitarios se amparan a menudo en lo que llaman “democracia directa”, a base de consultas, referendos y plebiscitos. Del timo que esto supone numerosas veces, habrá que hablar otro día, con el ejemplo flagrante de los convocados por el Ayuntamiento de Madrid con un cinismo sonrojante y no muy distinto del de los regidores del PP anteriores. Del adversario ideológico también se aprende, cuando éste es hábil y queda impune. Lo mismo que han aprendido de Franco sus aventajados alumnos de Junts pel Sí: fue Franco quien inventó –en tiempos recientes y en nuestro territorio– que quien lo atacara a él atacaba a la patria.
Va siendo hora de que los españoles que sí quieren una sociedad libre y democrática, en la que no haya que mostrar adhesión paratodo, se den cuenta de que la que hemos tenido durante los últimos cuarenta años (tan imperfecta y frustrante como quieran) está amenazada por demasiados flancos. Cruzarse de brazos supone allanarles el camino a los amenazantes. Ustedes verán qué hacen y qué votan, a la próxima. Ustedes verán si hacen algo, o no hacen nada.

Comentario


RESUMEN: Javier Marías, nos dice que periódicamente le asalta la idea de que a los españoles no les gustan la democracia y las sociedades libres. Pareciera que los españoles echaran de menos a Franco o a algún otro líder actual que pudiera parecerse, como el líder ruso, el venezolano, o el turco.
Luego enumera partidos, seguidores y votantes de las distintas formaciones políticas, PP, partidos nacionalistas o partidos totalitarios (populistas) y va enumerando sus “hazañas” manipuladoras, pretendiendo regularlo todo.
 Alerta por tanto al lector “Ustedes verán  qué hacen y a quién votan”

COMENTARIO CRÍTICO.-Javier Marías, novelista y ensayista actual –hijo del filósofo Julián Marías- manifiesta como cada domingo en El PAÍS los aspectos de la realidad española que no le agradan.

Sobre todo trata aspectos de ciudadanía, la escasa madurez democrática de los ciudadanos, el afán de hacerse ver, de molestar en las calles, de imponer normas a los ciudadanos, de querer legalizarlo y controlarlo todo, tomando al ciudadano como “un ciudadano menor de edad”, ha criticado en sus artículos la bullanguería de nuestras calles y plazas, la falta de urbanidad de la gente, sus modales, su escaso poder de decisión y su reiteración en las urnas por votar candidatos que no se preocupan por educar a sus ciudadanos, pero también –repito- la escasa concienciación de estos.
Por tanto no me sorprende el artículo. En estos pensadores vamos a buscar los lectores, apoyos y fundamentos, ellos escriben sus artículos para abrir los ojos a los ciudadanos y, en este caso, es clarísimo que al final, tras haber analizado el panorama de los partidos políticos en España, le deja caer al lector, que cuando vote, vote teniendo en cuenta todo esto y no dejemos arrastrarnos hacia una sociedad totalitaria, tal y como la tuvimos en el pasado o tal y como la tienen otros países ahora mismo.

TIPOLOGÍA DEL TEXTO: El título del texto parecería que nos invitaba a leer la definición de qué es una sociedad sin libertad y que enumerara premisas y características. Sin embargo, el autor comienza exponiendo una conclusión suya, que a la vez –al utilizar el pronombre indefinido UNO- podría aplicarse cualquier lector de su filiación.

Esta conclusión es que a buena parte de los españoles no nos gustan las sociedades democráticas, y esto lo arrastramos de nuestra historia reciente. Expuesta la tesis en el primer párrafo, el autor empieza a analizar sus razones, expone sus argumentos, el texto es por tanto DEDUCTIVO, enumera los partidos y va diciendo sus defectos antidemocráticos. Pareciera que lo hace de menos a más, desde el PP hasta Podemos y su afán controlador. 

Será en el último párrafo donde aparezca el título e invita a los españoles a que si quieren una sociedad democrática y libre, que se den cuenta que la Democracia está amenazada por la actuación de todos estos partidos, curiosamente no se ha mostrado animadversión hacia el PSOE, al que tal vez nuestro pensador dé por democrático.

Es por tanto un Texto Expositivo de las flaquezas de nuestra democracia, claro que al exponer su visión también enjuicia y valora, por tanto argumenta, lo hace en forma de análisis, para ello enumera acciones o compara el pasado y el presente o nuestra sociedad con otros países. Utiliza una tercera persona indefinida, tal vez no queriendo personalizar con la primera, y mantenerse más objetivo y al lector lo pluraliza en un Ustedes respetuoso: La función que predomina es apelativa, pero light, “El PP sabemos…, dejemos de lado a esos líderes…Ustedes verán…”

Sus conectores: son temporales y lógicos, encabezan los párrafos: "Periódicamente / he dicho / Ahora / Va siendo hora" que cohesionan y disponen el texto hacia el momento actual.

El léxico se mueve, claro es, en este terreno semántico: sociedades libres, partidos, militantes, totalitarismos, ley mordaza, mandatarios, gobernantes, democracia directa, etc. En un contrabalanceo de libertad/no libertad.

ANÁLISIS SINTÁCTICO: “El PP sabemos hace mucho que es escasamente democrático: lo demuestra con creces cada vez que obtiene mayoría absoluta”
Cuatro proposiciones:
1ª Sabemos hace mucho esto*
2ª *que el PP es escasamente democrático
3ª Lo demuestra con creces *con su mayoría absoluta*
4ª Cada vez que obtiene mayoría absoluta

Vemos que entre la 1ª y la 2ª existe una relación de subordinación: la segunda es una P Sub. sustantiva Que hace de CD de la 1ª. Esta principal es por tanto predicativa transitiva (carece de sujeto expreso, nosotros), la subordinada (2ª) es atributiva, el PP es el SNS; el SV se compone del N es, y el S.Adj escasamente democrático que es atributo.

Entre la 3ª y la 4ª vemos que hay de nuevo una relación de subordinación, esta vez la 4ª es S.adverbial de esta proposición tercera, en principio podría entenderse como una circunstancia de tiempo, pero también podríamos tomarlo como una circunstancia condicional (siempre que, si…) La Oración principal 3ª predicativa transitiva, Núcleo del S.V: demuestra, siendo su CD el pronombre lo (anafórico), y un S.Prep. CCModo: con creces; el sujeto es tb. el sujeto de la 2ª: el PP.

La 4ª introducida por la locución temporal (o condic.)cada vez que y el sujeto vuelve a ser el de la 2ª y 3ª prop. El SV tiene su núcleo obtiene, y su SNCD: mayoría absoluta.

Entre las dos primeras oraciones y las dos segundas hay dos puntos, por tanto las oraciones son Yuxtapuestas, pero semánticamente podríamos entenderlas como unas oraciones coordinadas explicativas, los dos puntos equivalen a o sea, es decir. Pero también podríamos pensar que subyace una subordinación causal (porque…).

DEFINE: 

Grotesca: adjetivo con variación de gén/nº, en este caso es fem/sg. Alude a una acción o a algo que tiene una apariencia rara, inusual, con tintes ridículos, a veces insolentes. Carnavalesca, esperpéntica.

Allanarles: forma verbal en infinitivo que tiene un pronombre enclítico de tercera persona. Se trata del verbo allanar, 1ª conjugación, hacer llano o fácil algo, bien algo concreto “un camino” bien algo más abstracto “una negociación”. El pronombre alude a un C. Indirecto como es propio del Prn. Les. 

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